lunes, 19 de junio de 2017

El timple comparado


Supongamos que alguien publica un artículo crítico sobre una obra musical mía, donde se afirma que tal obra tiene defectos en la forma, debido a que no hay casi transiciones entre los distintos trozos que la conforman y, cuando las hay, están poco elaboradas, cuando no mal elaboradas. Si quiero responder a esa crítica puedo hacerlo desde dos posiciones bien distintas y absolutamente opuestas: desde la animalidad o desde la humanidad. La animalidad no va más allá del primitivo ladrido; por el contrario, la humanidad basa su discurso en razonamientos. El hombre se diferencia del animal por el pensar, dice Hegel. Voy a poner un ejemplo de respuesta animal a mí artículo titulado “El culto al timple”. Reza así: “Yo a ti Vicente. Te estamparía un timple en la cabeza! A ver si coges tino!! Tolete, simplón”. ¿Dónde se encuentra la cabeza de esta gente que de manera tan rebajada, atrapada en los instintos bajos y tan poco tolerante, responden  a mí artículo? En la Edad Media, formando parte de la Santa Inquisición. Hay que considerar hereje y quemar en la hoguera a todo aquel que disienta de la verdad sagrada. La verdad sagrada es aquí la consideración del timple como un instrumento digno de estar en los altares de la instrumentación musical.  Yo como canario que soy lucho desde hace mucho años por no formar parte de esta canariedad folclórica, de esta canariedad provinciana y ultra primitiva.
Paso ahora a mostrar lo que me dice un músico timplista en relación al referido artículo: “Lamentable artículo. Desaciertos uno tras otro. Qué lástima que haya gente que aún piense así y trate de comparar un cello con un timple. Una estrechez de miras mayúscula”. 

Lo primero que hay que señalar aquí es el gandulismo intelectual que esta persona demuestra. Para escribir los artículos que publico, me he preparado durante muchos años, en la teoría musical, en la filosofía, y dedico un buen número de horas para la confección de los mismos; además, cuando algún articulo no está lo suficientemente elaborado va directamente a la papelera. Frente a este arduo trabajo viene ahora este músico timplista, y publica dos famélicos renglones; desconociendo con este acto la jerarquía intelectual, tratando en vano de poner la efímera llama de un fósforo en contra del incendio de todo un bosque. ¿Dónde está la demostración de que lo que yo afirmo en mi artículo es falso? Sobre todo, ¿Dónde está la demostración de que esta persona tiene meridianamente claro en su cabeza qué es lo que yo afirmo? Estas personas, por su más que defectuosa preparación en lo musical y en el pensamiento lógico, miran pero no ven. Ellos sienten, les parece, que se está hablando mal del sagrado timple y entonces reaccionan de forma pobre y furibunda. Yo opongo lo universal a lo local, lo explico claramente en el artículo en cuestión; ahora viene este hombre y me dice que yo tengo estrechez de miras. El mundo al revés, el localista, el que no es capaz de sentir, ni pensar más allá de este pequeñito archipiélago nuestro, le dice al que piensa y sienta de manera universal, y no por eso menos canario, que tiene estrechez de miras. Me viene ahora a la cabeza uno de los famosos cuentos de Pepe Monagas. Estaban Regorito y su compadre en un barco, a la deriva en alta mar; y el compadre incapaz de soportar ya tanta penuria, sin alimento y sin agua, sintiendo el respirar en su cogote de la insaciable muerte, cuando dice con voz quejosa y moribunda: “Mire el napa, Regorito, mire el napa, por lo que más quiera”. Saca Regorito el napa, y con extremada pachorra comienza hacer viajar su dedo índice por ese mundo dibujado en papel. En un determinado momento detiene su mirada en unos puntitos, que estaban cerca de la costa de África, y dice: “Si estos puntitos que están aquí son las Islas Canarias, estamos salvados. Pero si son cagás de moscas... ¡qué Dios nos coja confesao!”
Voy con lo de que yo comparo al timple con el cello. Quien compara el timple con el cello, no con el cello, con toda una orquesta de cuerda entera, con toda una orquesta de viento metal y viento madera sumándose a la orquesta de cuerda, quien compara lo tan pequeño con lo tan grande, es aquel que tiene la tremenda osadía de subir al escenario un timple donde suenan tan poderosos y universales instrumentos. El timple haciendo unos cuantos rasgueos de siempre, una pobre melodía subrayando (intentándolo) nada más y nada menos que a un coro, e improvisando, esto es, subiendo y bajando por una escala. 

Yo a ti excelente boxeador de la categoría de peso mosca, por debajo de peso pluma, te digo: no te midas con los pesos pesados, que vas a salir trasquilado. No me haces caso alguno, porque eres incapaz de ver más allá de tus pestañas, te subes al cuadrilátero a boxear con un peso pesado, que de la primera torta te manda para casa el carajo, fuera del propio estadio. Después de coger resuello, vienes a reprocharme que yo te he comparado con un peso pesado; cuando has sido tú el que se ha empeñado en compararse.
Muchos son los años que he dedicado al estudio de la Orquestación, y los que me quedan; y la orquestación te dice que en cuanto pones en acción dos instrumentos distintos ya tienes un problema de orquestación que has de resolver, del mismo modo que cuando pones a sonar un bajo eléctrico con, por ejemplo, un timple, tienes un problema de contrapunto que resolver. Pero estos músicos, que se ofenden en cuanto la verdad los deja al desnudo, no se han planteado nunca en su vida, que para componer para más de un instrumento, han de estudiar mucha orquestación, y para componer para más de una voz, han de estudiar mucho contrapunto. Ni una la cosa, ni la otra. En lugar de reconocer su descarada ignorancia musical, hacen ruido, señalando al hereje, para así desviar la atención de lo que es verdaderamente esencial: que su defensa religiosa del timple no es debido a razones musicales; porque de música saben bien poco. A las pruebas me remito. Cuando un músico verdaderamente pensante decide escribir para un determinado conjunto instrumental, la elección de los instrumentos no viene determinado por razones emocionales, sino que viene determinado por razones estrictamente musicales. No niego al timple. No niego a los que tocan el timple; a todos ellos los respeto, cada uno se expresa con el instrumento musical que considere más conveniente, yo mismo puedo aparecer mañana componiendo para un timple, pero seguro que si lo hago, se van a encontrar una cosa muy distinta, y muy distante, a lo que es el mundo sonoro del timple habitual. Si niego, niego firmemente, al timple situado en los altares.
Por último, todavía estoy esperando, que mis detractores, me respondan con razonamientos y conceptos, y no con bulla y furibundas voces.

3 comentarios:

  1. Hemos de reconocer las limitaciones del timple, que siempre fue el discante agudo de la guitarra en acompañamientos rasgueados. Ahora, el desarrollo que se está realizando en el repertorio del timple, incluso en la creación contemporánea, es muy prometedor y augura frutos de gran interés en el futuro. Más que dinamitar esta labor, se debería incentivar el desarrollo de su repertorio tanto a sólo como en conjuntos diversos para que se destierre esa visión peyorativa que muchos le dedican. La guitarra, por su parte ha sufrido ataques y prejuicios durante siglos, por lo que no es sorpresa que el timple reciba ataques incluso con más virulencia. Le invito a componer para timple y producir obras idiomáticas y de interés. Quizá en esta búsqueda,comprenda y logre admirar los logros de nuestros mejores timplistas.

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  2. Tambien hay cursos de como saber que es la humildad.Y en horas nocturnas antes de dormir.Como desprenderse del "ego" en sus inmensas transformaciones.Es gratis!

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  3. ¡El timple no tiene limitaciones! ¿Quién tiene limitaciones es el músico que se presta a tocar y el critico que no toca! Escribir sin saber o estudiar motivaciones, factores inherentes e involuntarios en la elección y práctica de un instrumento musical es opinar en el vacío!
    No hay instrumentos superiores ni instrumentos más pequeños, cada uno tiene su lugar! ... ¿Podríamos comparar un violonchelo con una Guitarra eléctrica con Overdrive? ... Yo ya vi una guitarra eléctrica a tocar junto con una orquesta. ¿¿¿¿¿¿Fue un error??????

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